La importancia de la luz para transformar espacios
La luz no solo ilumina un espacio, lo llena de vida, transformando cada rincón y creando una atmósfera acogedora y relajante. Es capaz de modificar la percepción de una habitación, haciéndola más amplia, cálida o íntima, dependiendo de cómo se utilice. La luz natural, con sus cambios a lo largo del día, aporta dinamismo y frescura, mientras que la luz artificial nos permite jugar con intensidades y tonos, adaptando el ambiente a cada momento y necesidad.
La luz es uno de los elementos más transformadores en el diseño de interiores. La luz no solo ilumina un espacio, lo llena de vida.
Natural o artificial, la iluminación define el ambiente de una habitación, resalta detalles y afecta directamente al estado de ánimo de quienes lo habitan. Aprovechar la luz natural y complementarla con una iluminación artificial adecuada es fundamental para crear un espacio equilibrado y acogedor. La luz, además de iluminar, debe ser un elemento que destaque el diseño. La luz natural se puede aprovechar totalmente utilizando cortinas translúcidas o ventanales amplios que la dejen entrar sin restricciones. Por otro lado, la luz artificial debe ajustarse al ambiente y la funcionalidad de cada espacio: luces cálidas para zonas de descanso, como dormitorios o salones, y luces más frías para áreas de trabajo o cocinas. Crear capas de luz mediante apliques, lámparas de pie y luces empotradas también es esencial para un diseño equilibrado.