En diseño de interiores, las texturas juegan un papel crucial para añadir interés y profundidad. El contraste entre superficies suaves, rugosas, lisas o ásperas aporta dinamismo a cualquier habitación. Mezclar diferentes materiales como madera, telas o metales crea un espacio multisensorial, en el que cada textura contribuye a generar una experiencia visual y táctil más rica.

La textura es el secreto invisible que transforma un espacio en una experiencia, aportando profundidad y carácter a cada rincón.

Las texturas aportan una dimensión sensorial que no se puede lograr solo con el color o la forma. En el diseño de interiores, mezclar diferentes texturas como tejidos suaves, muebles de madera rugosa o detalles metálicos, crea una experiencia visual y táctil que enriquece el espacio. Además, las texturas permiten contrastes interesantes: un sofá de terciopelo junto a una mesa de mármol puede dar una sensación de lujo discreto, mientras que una pared de ladrillo vista combinada con telas naturales genera un estilo industrial acogedor. La clave está en lograr un equilibrio que invite a tocar y experimentar el espacio.